Turquía es actualmente la vigésima economía del mundo y crece a un ritmo medio anual del 7% desde 2002. El país es miembro fundador de la OCDE, el G-20, la OTAN y la BSEC. Turquía también forma parte de la unión aduanera de la UE y lleva más de 50 años negociando su adhesión a la Unión Europea. Sin embargo, a pesar de este crecimiento, hay muchas preocupaciones sobre la sostenibilidad de este crecimiento en el tiempo.
ENERGÍA
Turquía tiene un gran potencial eólico y solar, pero aún está en las primeras fases de desarrollo de su sector de energías renovables. El país tiene un gran potencial para el uso de fuentes de energía renovables como la hidroelectricidad, la energía geotérmica, la energía mareomotriz, la biomasa y la solar. Sin embargo, en la actualidad sólo el 2% de la generación total de electricidad procede de las renovables y hay planes para aumentar esa cifra en 10GW para 2023 mediante una combinación de proyectos eólicos y solares en tierra; parques eólicos en el mar; centrales hidroeléctricas; plantas de conversión de residuos en energía; o plantas de energía solar concentrada (CSP) con capacidad de almacenamiento.
TURISMO
Turquía es un destino turístico muy popular, sobre todo entre los europeos. El número de turistas ha aumentado con los años y el turismo se ha convertido en un importante sector económico en Turquía. El turismo representa casi la mitad del PIB del país y emplea a una de cada cuatro personas.
El turismo ha crecido rápidamente desde el año 2000, y el número de visitantes se ha triplicado hasta llegar a unos 38 millones en 2016, frente a unos 12 millones en el año 2000. El sector emplea a más de cuatro millones de personas directa o indirectamente (alrededor del 9% de todos los trabajadores), lo que lo convierte en uno de los mayores empleadores después de la agricultura y el sector manufacturero.
El impacto positivo en la economía es innegable: a medida que más turistas visitan Turquía, más divisas entran en su economía; esto estimula un mayor crecimiento económico a través de los canales de inversión y consumo; cuando esto sucede, se crean nuevos puestos de trabajo que mejoran el nivel de vida de los lugareños también.
ALIMENTACIÓN
- Turquía tiene una rica tradición agrícola. Es el tercer productor mundial de avellanas y pistachos, así como uno de los diez principales productores de cereales.
- El país también es un importante productor de arroz, trigo, cebada y maíz.
- De hecho, Turquía exportó más de 11.000 millones de dólares en productos agrícolas solo en 2018. ¡Eso incluía 4.000 millones de dólares solo en aceite de oliva!
COMUNICACIONES
Quizá le sorprenda saber que Turquía es el cuarto país del mundo con mayor número de usuarios de teléfonos móviles, con más de 100 millones de suscripciones. Mientras que los teléfonos móviles se han convertido en algo casi omnipresente en los países desarrollados, todavía no es el caso de las naciones en desarrollo. Sin embargo, si las tendencias actuales continúan y el uso de Internet en dispositivos móviles sigue creciendo al ritmo actual (más del doble desde 2012), ¡esta estadística cambiará muy pronto!
En las ciudades más grandes de Turquía, muchas personas utilizan las redes sociales en lugar de las interacciones cara a cara; incluso aquellos que no las utilizan regularmente siguen participando en chats en línea con familiares y amigos que viven en el extranjero. Esto significa que las empresas pueden llegar a nuevos clientes sin necesidad de establecer tiendas físicas o invertir mucho en campañas publicitarias como vallas publicitarias o anuncios de televisión, con lo que se ahorra tiempo y dinero y se llega a los clientes potenciales de forma más eficiente que antes.
SALUD
La sanidad es una parte enorme de la economía turca. También es una parte importante de la economía de cualquier país, porque garantiza que los ciudadanos estén sanos y puedan trabajar. Hay muchos tipos de asistencia sanitaria en Turquía: médicos, enfermeros, farmacéuticos, dentistas y otros profesionales desempeñan un papel en el mantenimiento de la salud de la población.
Con esto en mente, las empresas turcas han empezado a centrarse en la creación de productos innovadores que sean respetuosos con el medio ambiente y puedan ser reutilizados o reciclados. Esto ayudará a reducir los residuos y a ahorrar dinero al mismo tiempo.
Cabe señalar que el gobierno de Turquía no sólo ha planteado la economía circular como una estrategia medioambiental; también quiere que la economía de su país florezca haciéndola más sostenible a través de prácticas de conservación de recursos como el reciclaje de residuos industriales en nuevos productos. Si se tiene en cuenta el impacto potencial de esta iniciativa en la forma en que interactuamos con nuestro medio ambiente, tanto ahora como en el futuro, queda claro lo poderosos que son estos cambios.
El concepto de economía circular, que subraya la necesidad de crear y mantener un bucle cerrado en los procesos de producción para preservar los recursos naturales al tiempo que se minimizan los efectos de la actividad económica sobre el medio ambiente, ha sido convertido en política nacional por Turquía. El gobierno ha puesto en marcha varias políticas con este objetivo y tiene previsto continuarlas mientras sea posible. Sin embargo, todavía hay algunas cuestiones que deben resolverse antes de que puedan aplicarse plenamente.
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