Cuando la Princesa Diana murió en un accidente de coche en 1997, el mundo se puso de luto. Era muy querida por su belleza y su compasión por los demás, y parecía que iba camino de convertirse en una de las miembros de la realeza más queridas de todos los tiempos. Sin embargo, no todo el mundo estaba de acuerdo; mucha gente creía que Diana traía traumas y estrés a la familia real. Nadie puede decir con seguridad por qué la reina Isabel no apoyó a la princesa Diana, pero estas teorías podrían ayudarnos a entenderlo mejor:
Diana estaba enamorada de su guardaespaldas.
La habían pillado teniendo una aventura con él. Quería casarse con él y divorciarse del príncipe Carlos.
Era una plebeya.
Cuando el Príncipe Carlos y Lady Diana se casaron, hacía siglos que un miembro de la familia real no se casaba con alguien que no perteneciera a la aristocracia. Las dos únicas excepciones a esta regla fueron el rey Jaime II (también conocido como Jaime VII en Escocia) y su segunda esposa, María Beatriz de Este. Éste fue depuesto en favor de Guillermo III por el Parlamento porque era católico; María Beatriz procedía de una familia aliada de Francia y, por tanto, considerada poco fiable por los protestantes ingleses.
La negativa de la Reina a reconocer la posición de Diana como Princesa de Gales pudo deberse a su deseo de mantener la tradición en Inglaterra, pero también reforzó otra creencia: que las mujeres no debían mezclar su linaje con los que estaban más abajo en la escala social o tenían creencias religiosas diferentes a las suyas.
No era una novia virgen.
La Familia Real es un grupo bastante tradicional. Aunque sus valores han evolucionado con el tiempo, siempre han sido muy estrictos con el comportamiento de los suyos. Por eso, cuando Diana se casó con el Príncipe Carlos en 1981, esperaba que la Reina se alegrara por ella. Pero en lugar de emocionarse por la unión de dos jóvenes que acababan de conocerse y enamorarse, la reina Isabel no se alegró en absoluto. De hecho, estaba bastante enfadada con Diana porque ya había tenido una relación con otro hombre antes de conocer al príncipe Carlos, ¡e incluso se quedó embarazada de él!
No quería que otra persona formara parte de la familia real por todo tipo de razones: porque la haría quedar mal en la televisión; porque causaría problemas dentro de la propia familia; etc.
Sus padres se divorciaron cuando ella era una niña.
Diana creció en un entorno poco convencional, porque sus padres se divorciaron cuando ella tenía seis años. Su padre abandonó la familia y se casó con otra mujer poco después, y Diana fue criada por su madre y su abuela. De niña era un poco rebelde. A diferencia de otras princesas, que suelen estar protegidas de la mirada del público hasta que son mayores, Diana fue a la escuela con niños normales mientras crecía, lo que le permitió entablar una estrecha amistad con ellos a lo largo de su vida. Al tener una educación tan diferente a la de otros miembros de la realeza de la época (y aún hoy en día), es probable que Isabel no tuviera muy en cuenta el potencial de Diana como monarca en comparación con otras princesas que se habían criado en circunstancias más tradicionales.
Ella trajo trauma y estrés a la familia real.
Aunque las declaraciones públicas y el comportamiento de la familia real parecían apoyar a Diana, en realidad estaban pasando por un momento difícil. Cuando la princesa Diana se casó, trajo consigo un trauma y estrés a la familia real. No era una novia virgen; tuvo una aventura con su guardaespaldas que la llevó a un embarazo, lo que a su vez hizo que el Príncipe Carlos le propusiera matrimonio por amor a su hijo.
Esto creó una situación incómoda para la reina Isabel, ya que la esposa de su hijo estaba ahora embarazada de otro hombre.
Su matrimonio simbolizó el fin de una era.
La Reina Isabel II ha dicho que a ella y al Príncipe Felipe nunca les han gustado los medios de comunicación, aunque han aprendido a aceptarlos. Esa relación de amor/odio es especialmente evidente en su trato con los paparazzi.
La familia real no estaba acostumbrada a que su vida privada apareciera en la prensa, y mucho menos cuando se trataba de algo tan importante como una boda. Tampoco estaban acostumbrados a ser acosados por los fotógrafos allá donde fueran, por lo que también había cierta tensión comprensible entre ellos y el nuevo marido de la princesa Diana.
Nadie puede decir con seguridad por qué la reina Isabel no apoyó a la princesa Diana, pero estas teorías podrían ayudarnos a entenderlo mejor.
Es difícil decir con certeza por qué la reina Isabel no apoyó a la princesa Diana. Algunos creen que la reina estaba molesta porque pensaba que Diana se había casado sin su permiso. Otros piensan que fue porque Diana no era virgen cuando se casó con el príncipe Carlos, lo que la habría hecho inelegible para el trono británico. Otra teoría sugiere que a la reina no le gustaba la relación de Diana con su guardaespaldas, Dodi Fayed, y lo quería fuera de sus vidas.
Independientemente de que se esté de acuerdo o no con estas teorías, hay algunas cosas que podemos extraer de esta historia:
- Nadie es perfecto; todo el mundo comete errores y hace cosas de las que luego se arrepiente (o no).
- Nadie está obligado a amar a los demás sólo porque se lo merecen o porque han sido mal tratados por otros en su vida (como la princesa Diana).
Es difícil saber por qué la reina Isabel no apoyó a la princesa Diana. La explicación más probable es la que se ha repetido a lo largo de este artículo: Diana era una plebeya que se casó con la familia real. Esto significaba que no tenía ningún poder político real y que nunca podría influir en ellos de ninguna manera. También significaba que su matrimonio simbolizaba el fin de una era para la monarquía británica, ¡y probablemente por eso tampoco les gustaba tanto!
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