La política es un juego sucio, pero eso no significa que los políticos sean malas personas. Es sólo una lucha por el poder de los que quieren estar al mando. La razón por la que los políticos actúan así es porque necesitan ser elegidos y mantenerse en el poder para seguir en el juego de la política. Si cambiamos nuestro sistema político, ¡quizá también se puedan cambiar estas sucias artimañas!
La política es poder
Los políticos son ambiciosos, quieren ganar elecciones. Quieren ser populares entre los votantes y necesitan dinero para hacer campaña. Los políticos quieren el poder para seguir en el juego y ser elegidos de nuevo.
Los partidos políticos también quieren el poder para seguir en el juego.
Es un juego sucio porque los políticos están dispuestos a hacer cualquier cosa para conseguir más poder: mentir, engañar, robar (incluso si eso significa infringir las leyes), etc.
Los jugadores del juego son los políticos y los partidos políticos. Los políticos quieren el poder para seguir en el juego y ser elegidos de nuevo. Los partidos políticos también quieren el poder para seguir en el juego.
Los políticos se comportan mal
Los políticos son deshonestos porque tienen segundas intenciones. Son corruptos, codiciosos y tienen hambre de poder. Si lo piensas desde una perspectiva realista, los políticos son personas que hacen lo que sea necesario para ser elegidos (lo que incluye mentir).
Entonces, ¿por qué les votamos? Porque eso es lo que hace la sociedad: nos alineamos y seguimos las reglas. Y aunque esas reglas no sean buenas para nosotros como ciudadanos en general, ¿quién sabe si podría haber un sistema mejor por ahí?
La política es un juego de poder, por eso los políticos quieren tapar la verdad
La carrera de un político es un juego de poder, y la mejor manera de mantenerse en el poder es siendo popular. Necesitan quedar bien, así que tienen segundas intenciones. Si lo piensas, hay tres formas en las que los políticos pueden quedar bien:
- Haciendo algo bueno para sus electores (por ejemplo, ayudándoles a conseguir asistencia sanitaria)
- No haciendo nada malo para sus electores (por ejemplo, no subiendo los impuestos)
- No haciendo nada en absoluto
(por ejemplo, dejar que la otra parte dirija la política) Las dos primeras se explican por sí solas, pero la tercera podría no hacerlo. Si los políticos no hacen nada, no se les puede culpar de los problemas de la sociedad. Si no hay problemas, no perderán votos; la gente pensará que están haciendo un buen trabajo.
Aunque la política es un juego sucio, no podemos culpar a los políticos. Necesitan ser elegidos y mantenerse en el poder para seguir en el juego.
Los ciudadanos tienen que participar más en la política, tienen que entender que los políticos son seres humanos y no robots.
Los políticos tienen que entender que están a cargo del país y no sólo de su partido. Tienen que escuchar más lo que la gente tiene que decir y no limitarse a desecharlas con un «es lo mejor». Las campañas deben ser más cortas, menos costosas y más inclusivas.
Si tratamos de cambiar nuestro sistema político, tal vez pueda cambiar estos esquemas sucios.
La mejor manera de asegurarse de que los políticos rindan cuentas de sus actos es cambiar la forma en que los elegimos. Debemos asegurarnos de que elegimos a las personas adecuadas para el trabajo, y no a cualquiera que tenga una buena idea o lo haga gratis.
También deberíamos considerar la posibilidad de cambiar nuestro sistema político para que los que están en el poder no puedan abusar de su posición tomando decisiones corruptas y salirse con la suya. Si tienes alguna sugerencia sobre cómo podemos mejorar nuestro sistema actual, ¡hazlo saber en la sección de comentarios más abajo!
Los políticos tienen segundas intenciones
Los políticos no siempre son honestos. Pueden tener motivos ocultos para presentarse a las elecciones, y puede que el público nunca los conozca. Estos pueden ir desde el beneficio personal hasta el apoyo a un partido o grupo de personas concreto.
Si estás pensando en votar a un candidato que se presenta por un tema que es importante para ti, da un paso atrás y piensa en qué más podría estar haciendo entre bastidores; podría afectar a tu futuro de formas que no son inmediatamente evidentes.
Además de las implicaciones éticas de las acciones de un político, también hay implicaciones políticas. Si un candidato apoya políticas que van en contra de tus puntos de vista, no deberías votar por esa persona. Es importante recordar que votar no es sólo lo correcto, sino también lo que mejor sirve a tus intereses y a los de tu comunidad.
Si intentamos cambiar nuestro sistema político, tal vez pueda cambiar estas sucias artimañas.
Como hemos visto anteriormente, nuestro sistema político puede ser un juego sucio. Sin embargo, si intentamos cambiar nuestro sistema político, tal vez pueda cambiar estos trucos sucios.
La política es un juego sucio. No podemos culpar a los políticos por ello porque necesitan ser elegidos y mantenerse en el poder para seguir en el juego. Si intentamos cambiar nuestro sistema político, tal vez pueda cambiar estas sucias maniobras.
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